De la afirmación: "cuando seas grande vas a poder lo que ahora no podés", que llevaba a los niños a desear "ser grandes", deseo que operaba como motor de muchas realizaciones, hemos pasado a: "ya vas a ver cuando seas grande", como vaticinio de sufrimientos. Es decir, el advenir adulto aparece como un problema, no como un logro. Y los niños lo reflejan diciendo: "no quiero ser grande".
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Si el futuro es temible, si los vaticinios son catastróficos, no se puede proyectar ni soñar.
Beatriz Janin, El sufrimiento psíquico en los niños.